riela 177


«LA edad es cuestión de sentimiento, no de años”
Washington Irving.

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peligrosamente
ella llega silbando mi nombre
y todo estalla en mil canciones pequeñas

lanza su estatura vespertina a través de mi puerta
y despierta la cordura de los lápices
sobre la piel del poema

-riela 177-

176 riada


«ESTA noche…
tengo miedo de las sombras que me envuelven,
sopla un viento frío y en el negro cielo
eres tú la única, la última estrella»
María Dubón.

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mis brazos a tu encuentro, sin secretos

me arrebatas las ganas y las fijas en tu pecho
porque aún es temprano bajo tu falda

quizás por la asimetría del tiempo
en el pedestal de mis aras

-¿ansias reveladas?, ¿ilusiones al acecho?

-176 riada-

riela 175


«A esa mujer la lleva el viento
pero no parece importarle
ni tampoco la ráfaga o el ruido
que deja tras de sí”
Montserrat Martínez Cobo.

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el océano de sus ojos se poetiza al límite

y sin embargo, la terca chimenea que estrena olas
y mareas sobre las alfombras, luce tan lejana

no vislumbra el calor de la fantasía en los amores eternos
que sobreviven abrazados al verso

suspiro y silencio como único gesto, y su mirada
trasciende en los monitores del planeta

-riela 175-

174 riada


EL vino entra en la boca
Y el amor entra en los ojos;
Esto es todo lo que en verdad conocemos
Antes de envejecer y morir.
Así llevo el vaso a mi boca,
Y te miro, y suspiro”
William Butler Yeats.

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apenas sobrevivo al encastre subversivo de tu risa

cuando redundas en la entrega
asombrada me miras como a un hilo luminoso y te alejas

preguntando si habrá quedado entre los libros
algo de pan francés sobre la mesa

y no es el pan o su cantidad menguante
sino los pedazos y el estruendo de petardos tan distantes
lo que me inquieta

-174 riada-

 

173 riada


«Y si el mundo, impaciente,
se sale de sus goznes, estalla o se disuelve,
los amantes lo ignoran, apenas necesitan
el canto de su sangre»
Flor Alba Uribe Marín.

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bailas como luz temblorosa en el rocío
y  tu melodía es lo que mece la vida ante los ojos míos

quiero para mí esa tersura
del agua que columpia en tus hendiduras

quiero atrapar tu voz remota, inquieta
la del presagio, la del secreto, la que tiembla

-173 riada-